Desde hace un par de años el mundo zombi está de moda. No sé exactamente cuando ni por qué comenzó, pero seguro que el comic (y posterior serie) The Walking Dead, tiene mucho que ver.
Hay muchas y muy buenas películas de zombis; empezando por La Noche de los Muertos Vivientes de George A. Romero (una de las primeras y sin embargo una de las más vanguardistas al colocar como personaje principal a Duane Jones, un actor afroamericano en una película del 1968), hasta llegar las geniales Zombieland y Zombies Party. El fenómeno zombis ha sido tal, que en los últimos años se han podido ver más películas con temática zombi que en toda la década de los 90. Para no perderse entre tanto bodrio de serie Z, aquí va una lista de películas con temática zombie realizada por los autores de La Butaca.
La diferencia entre los zombis de antes y los de ahora, es que los de las películas más antiguas no van ensangrentados o con trozos de cara colgando, si no que siguen los cánones del "zombie clásico", como se ve en la foto superior.
El "zombie clásico" es aquel que nos explicaron en las primeras películas de zombis, películas como las de George A. Romero o Bela Lugosi, estos muertos vivientes no están muertos, están en un estado catatónico en el que se les priva de la voluntad.
Según las investigaciones (investigaciones controvertidas y aparentemente no muy depuradas) que se han realizado sobre los "polvos zombificantes" del voodoo, estos son sustancias conocidas en la práctica clínica y se usan para controlar espasmos musculares e incluso como analgésicos, aunque en cantidades menores.
El primero de estos polvos zombificantes (Coup de Poudre) es la tetrodotoxina o TTX, es una neurotoxina que se encuentra en el hígado del pez fugu y cuyo efecto (dependiendo de la dosis) va desde la sensación de hormigueo en las extremidades (disestesia) hasta la parálisis general y el colapso cardiovascular y respiratorio en dosis letales. Con el TTX a una concentración adecuada se consigue que el sujeto al que se le ha proporcionado la toxina, aparente estar muerto puesto que sus constantes vitales bajan hasta casi hacerse imperceptibles. Por lo que en un lugar alejado de los monitores cardiovasculares o de un médico con estetoscopio, sería relativamente fácil hacer creer a los familiares que el sujeto ha fallecido.
El TTX inhibe el potencial de acción al bloquear
los canales de sodio de las neuronas.
El segundo de los polvos voodoo es la atropina que puede extraerse de la planta Belladona. La atropina acelera el ritmo cardíaco por lo que si el hechicero voodoo (o el gaberrete de turno) ha conseguido convencer a la audiencia de que el sujeto tratado con TTX está muerto, la administración de atropina lo "devolverá a la vida".
La atropina se une a los receptores de acetilcolina en las
neuronas impidiendo la acción de este neurotransmisor.
Para finalizar la zombificación, el último de los polvos voodoo es la escopolamina que proviene de la planta estramonio. La escopolamina es un compuesto alcaloide con actividad anticolinérgica, lo que provoca alucinaciones y delirio. Unidos los efectos de los tres compuestos, tendremos a un sujeto al que hemos dado por muerto (por acción de la tetrodotoxina) y que posteriormente ha vuelto a la vida (por acción de la atropina) con un comportamiento extraño e incapaz de comunicarse coherentemente (por acción de la escopolamina).
Este era o es el comportamiento que los zombis clásicos presentaban en las primeras películas de Romero, sin embargo hoy en día tenemos zombis de todo tipo: los que atacan en manadas (Guerra Mundial Z), los solitarios (Memoria de un zombie adolescente) e incluso zombis nazi (Dead Snow). Existe tal obsesión mundial por un posible apocalipsis zombi que a finales del 2012 la NASA tuvo que realizar un comunicado en el que, atendiendo a la pregunta de miles de personas, explicaban por qué no iba a producirse un apocalipsis zombie el día del fin del calendario maya.
¡Qué bien hilado todo, maldita sea! Después de ésto toca un post sobre Vampiros & Porfiria...
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